
En la Alemania de Hitler había un futuro prometedor...para los torturadores y asesinos. En los campos de concentración, todos los días eran asesinadas con métodos crueles y despiadados, personas de todas las edades, de todos los oficios y profesiones.
Las esperanzas de sobrevivir eran casi nulas, pero siempre se conservaba una luz que les decía que ese horror terminaría y que un día podrían recomenzar.
Una noche apenas iluminados con la luz de unas velas, los judíos sobrevivientes deliberaban ¿a quién salvar, a quién proteger? Argumentos se dieron muchos: los niños, las mujeres embarazadas, los doctores, los abogados, los jóvenes...
De una litera del rincón, la voz del anciano rabino se hizo escuchar:
"SALVEMOS A LOS MAESTROS, ELLOS VAN A SER LOS ÚNICOS QUE VAN A PODER RECONSTRUIR LO QUE SOMOS: NUESTRA LENGUA, NUESTRA HISTORIA. NUESTRAS COSTUMBRES VIVIRÁN SÓLO SI HAY UN MAESTRO QUE LAS ENSEÑE, SÓLO SI HAY UN MAESTRO QUE ENSEÑE A PENSAR. LOS MAESTROS SERÁN LOS ÚNICOS QUE PODRÁN RESCATAR LO VALIOSO DEL PASADO Y PROYECTARLO HACIA EL FUTURO".
("Curso-taller: Enseñar a aprender")